Las fragancias están elaboradas con componentes que generan sensaciones y se utilizan en los espacios para crear el ambiente deseado a través del marketing olfativo
¿Sabías que ciertos aromas pueden ayudarte a rendir más y mejor?
Las fragancias herbales como el romero, el eucalipto, la albahaca y la menta tienen propiedades revitalizantes que estimulan la mente, favorecen la concentración, potencian la memoria y mejoran la productividad.
Sus compuestos aromáticos activan áreas del cerebro relacionadas con el enfoque y la agilidad mental, lo que las hace perfectas para ambientes laborales como oficinas, despachos, bibliotecas o salas de reuniones. Por eso nuestros ambientadores profesionales son la elección ideal.
¿Te imaginas que un aroma pueda transformar tu día en solo unos segundos?
Las notas cítricas como el pomelo, el limón, el nerolí y la naranja tienen cualidades estimulantes que mejoran el estado de ánimo, despiertan los sentidos, provocan sensaciones positivas y reducen la sensación de fatiga.
En aromacología, estas esencias son reconocidas por ser energizantes naturales, capaces de activar el cuerpo y la mente al percibirlo. Hay que usarlas para comenzar el día con buena energía y una actitud positiva.
Además, son una herramienta poderosa en espacios comerciales, como en tiendas de ropa, joyerías y hoteles ya que contribuyen a crear entornos más dinámicos y agradables, elevan la experiencia del cliente y refuerzan la identidad de marca.
¿Y si bastara con respirar para empezar a sentirte mejor?
Las esencias florales como la bergamota, el jazmín y la rosa damascena son reconocidas en aromacología por sus efectos ansiolíticos y relajantes. Estas fragancias actúan sobre el sistema nervioso, ayudando a reducir el estrés, calmar la ansiedad y disminuir los niveles de tensión emocional.
Su aroma delicado y envolvente modula la actividad cerebral, promoviendo la relajación y facilitando la recuperación emocional en momentos de alta carga mental.
Por este motivo, las fragancias se utilizan en clínicas de salud, centros médicos, consultas terapéuticas y hospitales, donde el bienestar emocional es tan importante como el físico. También son ideales para spas, zonas de meditación o en el hogar, donde transforman el ambiente y lo convierten en un refugio para la mente.
¿Te cuesta desconectar al final del día y encontrar un descanso verdaderamente reparador?
Aromas como la lavanda, la manzanilla y el ylang-ylang son conocidos por sus beneficios sedantes y relajantes, capaces de calmar tanto el cuerpo como la mente. Estos aceites esenciales actúan sobre el sistema nervioso, reduciendo la actividad mental excesiva, ralentizando el ritmo cardíaco y favoreciendo un estado de relajación profunda que facilita un sueño más largo, profundo y de mayor calidad.
Se utilizan en el hogar como parte de las rutinas nocturnas, así como en centros de estética y bienestar, donde el descanso es parte de la experiencia.